miércoles, noviembre 22, 2017

Más sobre la desigualdad


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La desigualdad es un marco que persiste. Ya escribí sobre ella en diferentes ocasiones y hace unos días publiqué un reseña de un libro breve y sugerente: On Inequality.

Harry Frankfurt, el autor, también señala la diferencia entre pobreza y desigualdad. Además, afirma que consagrar moralmente el igualitarismo económico puede tener efectos alienantes:
 “El error fundamental del igualitarismo económico se basa en suponer que es moralmente importante que un individuo tenga menos que otro, independientemente de la cantidad que cada uno posea y al margen, también, de la utilidad que cada cual obtenga de lo que posee. Este error se debe en parte al supuesto erróneo de que quien tiene ingresos inferiores manifiesta necesidades insatisfechas en un grado mayor que alguien más pudiente. Sin embargo, que una persona tenga una renta mayor que otra es una cuestión completamente extrínseca. Tiene que ver con una relación entre los ingresos de dos personas, y es independiente de la dimensioń real de sus respectivos ingresos y, más importante aún, del grado de satisfacción que pueden obtener de ellos. La comparación no se centra en si alguno de los individuos comparados tiene algunas necesidades insatisfechas”. (p. 48-49)

Otro apunte conceptual importante del libro: es necesario no confundir igualdad con respeto:
“Las exigencias de igualdad tienen en nuestras vidas una relevancia muy diferente que las exigencias del respeto. Quien insiste en ser tratado equitativamente calcula sus exigencias sobre la base de lo que poseen otras personas y no en función de lo que mejor se ajusta a las realidades de su condición y que, por consiguiente, satisfará en mayor medida sus necesidades e intereses. En su ansia de igualdad, una persona no se afirma a sí misma. Al contrario, preocuparse exclusivamente por ser iguales a los demás lleva a la gente a definir sus objetivos en términos fundados en consideraciones que se apartan de los requerimientos específicos de su propia naturaleza y circunstancias. Tiende a alejarlos del reconocimiento de sus ambiciones más sinceras, aquellas que derivan de la idiosincrasia de su propia vida, y no las que vienen impuestas por las condiciones de vida de otros”. (p.81)
Un libro que llega hasta el núcleo de las raíces antropológicas de un problema social a partir de la clarificación de los términos de la discusión.

A veces, no hay nada tan práctico como una buena teoría.